Psicojuande | Psicólogo

«Creo que el mejor regalo
que puedo recibir de alguien
es, que me vea,
que me escuche,
que me entienda,
y que me toque.
El mejor regalo que puedo dar
es ver, escuchar, entender
y tocar a la otra persona.
Cuando se ha hecho esto,
siento que se ha hecho contacto.»
de Virginia Satir

 

Cuando oí por primera vez hablar de Virginia Satir, quedé gratamente sorprendido. Las referencias que de ella se daban en el campo de la terapia familiar, resonaron en mí con fuerza. Leí sobre ella, y también alguna de sus obras que, recomiendo encarecidamente a quien esté interesado en profundizar sobre su metodología de trabajo en el campo de la terapia familiar, así como en todo lo que concierne a la esta extensa área que este tema abarca, entre otros, la comunicación, la autoestima, y las relaciones, en general.

Virginia Satir (1916-1988) fue una innovadora trabajadora social, psicoterapeuta estadounidense, conferencista, entrenadora y escritora, que aporta una nueva mirada sistémica a las relaciones familiares. Su trabajo clínico, contribuyó en gran medida a implementar un nuevo enfoque en el mundo de las terapias familiares. Trabajó diez años en el Mental Research Institute, observando el lazo existente entre la interacción familiar y el desarrollo de la salud o enfermedad de las familias. Trabajó en el desarrollo del potencial humano y se enfocó en el crecimiento personal y en la salud, en lugar de en la enfermedad y en la patología, tomando el ambiente de los individuos y de las familias, como el lugar donde desarrollar y florecer todo el potencial humano de las personas.

Virginia Satir creía que una vida familiar sana involucraba el compartir, de forma abierta y recíproca, afecto, sentimientos y amor. Su obra y trabajo están impregnados por su calidez humana, y por su inclinación natural por incorporar sentimientos y compasión en la relación terapéutica. El cuidado y la aceptación eran, para Virginia, elementos claves para ayudar a las personas a enfrentar sus miedos y abrir sus corazones a otros. El amor, es para Virginia, el elemento curativo más relevante de la terapia.

Regálate, disfruta y disfrútate.